El ruido en presencia de humos metálicos genera pérdida de audición
El ruido combinado con humos metálicos incrementa la alteración auditiva y, al contrario, el que se produce en presencia de fluidos de mecanizados retarda ese problema. Lo cierto es que las hipoacusias son uno de los problemas de enfermedad profesional más importantes en la UE.
Un estudio realizado por investigadores españoles confirma que la presencia de contaminantes químicos puede interactuar con el ruido y modificar, para bien o para mal, la manifestación de la hipoacusia profesional, es decir, la sordera, cada vez más frecuente en las personas jóvenes. Según esos datos, recogidos en los Anales del Sistema Sanitario de Nafarroa, los problemas derivados del ruido es en este momento son una de las enfermedades profesionales que con mayor frecuencia se presentan dentro de la Unión Europea.
Según el trabajo firmado por Juan Carlos Conte, investigador de la Universidad de Zaragoza, los trabajadores expuestos a ruido en presencia de fluidos de mecanizado presentan un mayor retardo de la alteración auditiva con respecto a aquellos expuestos sólo a ruido de la misma intensidad. Por el contrario, los que están expuestos a ruido en presencia de humos metálicos incrementan su alteración.
El trabajo investiga a 558 trabajadores sobre la hipoacusia. Para ello, analiza los efectos que tienen diferentes contaminantes físicos y químicos en la alteración de la audición. Conte destaca, según el informe, que los trabajadores que dijeron que trabajaban con ruido en presencia de fluidos de mecanizado, «la protección auditiva que utilizan es efectiva para amortiguar la intensidad acústica», pero no ocurre igual si el ruido se encuentra en presencia de humos metálicos, «que aumenta la alteración del oído. En la investigación también se ha adelantado que entre otros factores en la pérdida de audición laboral se encuentra el tabaco, ya que contribuye a la adquisición de un trauma acústico inicial y, por otro lado, la exposición a ruido extralaboral influye en los traumas acústicos avanzados».
Lo que es evidente es que en los centros de trabajo se produce un exceso de ruido. La modificación de la legislación europea apenas ha tenido un efecto de reducción, como confirma la Agencia Europea para la Salud y Seguridad en el Trabajo .
Esta agencia, que tiene su sede en la Gran Vía de Bilbo, constata que la pérdida auditiva por ruido es la enfermedad profesional que con mayor frecuencia se presenta en el conjunto europeo, y aconseja una mayor atención a los factores de riesgo combinados en los trabajadores expuestos a ruido elevado y compuestos químicos.
En los primeros ocho meses de este año, en el Estado español 10 de cada 100 partes de enfermedad que se han comunicado se deben a hipoacusias o sorderas. En teoría, según los datos de la Seguridad Social, se han presentado 11.702 partes, aunque sólo 6228 han requerido baja laboral. Por ruido, han sido 1.263 partes, de los que 33 han requerido baja por el daño a la salud causado a los trabajadores.
Sin embargo, las organizaciones sindicales sostienen que este número de bajas es muy inferior al número real. Más en el caso de las sorderas profesionales, dado que los trabajadores no suelen declararlas. Estudios recientes realizados en Estados Unidos y en Nueva Zelanda consideran que la pérdida auditiva por ruido es una de las enfermedades profesionales más extendida. Concluyen que los sistemas de prevención para su control no han tenido los resultados esperados, y se han identificado prevalencias cada vez mayores, sobre todo en las personas más jóvenes, por lo que reclaman prevención.